Documentadamente, los judíos llegaron a la Península ibérica en el siglo I de Nuestra Era, hace 2.000 años. Aunque se sabe que tuvieron comercio con estas tierras desde épocas del rey Salomón, 1.000 años antes, en siglo X antes de Cristo. Es decir que estuvieron en esas tierras antes que los moros y los godos.
Desde el punto de vista demográfico, eso quiere decir que la posibilidad de que la España del siglo XV, la del Descubrimiento de América, tuviera gran incidencia judía en su formación social y genética, a pesar de que infundados prejuicios contra el pueblo judío no lo acepten.
Desde el siglo XIII hubo expreso rechazo a los judíos (sefarditas) en la Península, lo que llevo a diferentes tipos de persecuciones. Éstas hicieron a su vez que los judíos fueran escondiéndose y cambiando, consecuentemente, sus nombres y apellidos para confundirse con los cristianos. Las expresas y definitivas persecuciones de finales del siglo XV tanto en España como en Portugal aumentaron esa «fuga de nombres», hecho que llevó a que muchísimos judíos peninsulares más adoptaran nuevas identidades y que incluso se convirtieran a la fe cristiana, renunciando aparentemente a la fe de sus padres. Se trata de los llamados «judío conversos», muchos de los cuales seguían practicando a escondidas sus costumbres religiosas, por lo que recibieron adjetivos como el de «marrano». También se los ha definido como «judeoconversos» o como «tornasolados».
La labor de nuestro equipo de genealogía es conocer e identificar algunos de los apellidos que esos judíos usaron y ver si se pertenecen a familias llegadas a territorios del actual Ecuador. Se han identificados varios troncos.
RESULTADOS
Puede que aparezca uno o aparezcan dos o más nombres similares. Esto no quiere decir que sea su nombre o el de algún antepasado.
Es necesario que nos escriba o nos llame para informarnos tanto de una coincidencia positiva como de una que le parezca que puede relacionarse con su familia o de la falta de coincidencia (resultado negativo), para reconfirmarla o para ver si nuestro equipo de genealogía logra hallarla.
ADVERTENCIAS
Nuestra base de datos consta de ocho troncos diferentes con probada ascendencia sefardí. Y seguimos investigando para documentar más troncos. Esto ha ampliado la posibilidad a más personas. En caso de que antes te hubieran dicho que no, ¡échale un vistazo!
NECESARIA NOTA: La mayoría de latinoamericanos nos pertenecemos a pueblos de composición étnica muy rica y diversa, con claros rasgos que nos identifican y nos unen, tanto en ascendencia ibérica —en la que hay muchos componentes árabe y judío, que es lo que buscamos para estos efectos—, así como indígena, por su puesto. Que un latinoamericano tenga esta posibilidad resulta, pues, una mera coincidencia estadística.